ACEITE DE COCO

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Cada día es más habitual encontrarnos en el mercado Aceite de Coco, sin embargo no es un descubrimiento nuevo. En culturas tropicales el coco es un alimento básico y además con muchísimas propiedades y beneficios para la salud, es por ello por lo que nosotros debemos adaptarlo también a nuestra dieta.
No todas las grasas son iguales, pero sí sabemos que cierto tipo de grasas y en la cantidad debida son NECESARIAS para nuestro correcto funcionamiento del organismo.
Los aceites entran en este tipo de alimento, sin embargo no todos los aceites son buenos para nuestra salud. Los dos aceites que cumplen todo lo necesario por excelecia son: el Aceite de Oliva (virgen extra) y el Aceite de Coco.
El aceite de oliva es la mejor grasa mono insaturada sin embargo para cocinar no siempre es la mejor opción, sí para su toma en crudo, esto se debe a su estructura química que con el calor sus propiedades se ven alteradas. Sin embargo el aceite de coco es lo suficientemente estable como para resistir el daño provocado por el calor.
Es por ello por lo que siempre que sea necesario cocinar con aceite, se recomienda el uso de Ac. De Coco.
Pero, tiene grasas saturadas, ¿no es verdad? Es el aceite con mayor concentración de este tipo de grasa sin embargo las grasas de este aceite son altamente beneficiosas. Este aceite no contiene grasas trans, que son las que provocan problemas y enfermedades cardiacas.
Los beneficios del aceite de coco se relacionan con su estructura química y con la longitud de sus cadenas de ácidos grasos.
El aceite de coco orgánico se compone de  triglicéridos de cadenas media mientras que los aceites vegetales de ác grasos de cadena larga, menos saludables que los anteriormente mencionados: cadena larga son más difíciles de digerir y requieren enzimas especiales, también se almacenan en forma de grasa en nuestro cuerpo e incluso en forma de colesterol mientras todo lo contrario con los ac. grasos de cadena media, que al ser más pequeños son más efectivos y fácilmente digeridos y enviados al hígado donde son convertidos en energía en lugar de depósito o almacenamiento. Este comportamiento lo hace comparable al hidrato de carbono como sustento energético. Sin embargo no tiene insulina, por lo tanto no eleva el azúcar en sangre.

Además es de sabor suave y olor espectacular, que lo hace mucho más apetecible.

No sólo puede ser usado para cocinar sino también para darle un toque diferente al café, zumos o smoothies, en el aliño de ensaladas o incluso de sustituto de la mantequilla en unas palomitas.

Además de sus propiedades nutricionales, puede usarse como desmaquillante, hidratante de piel, labios y cabello, exfoliante…

 

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